fantasía
...y entonces un segundo viento tormentoso, más poderoso aún, agitó el libro y apagó todas las luces. El reloj de la torre dio las doce. En su reloj eran las tres y veinte de la madrugada y su casa se hundía en penumbra, apenas iluminada por la pequeña lámpara de su mesita de noche. Había cogido el Libro. Sabía perfectamente por donde tenía que abrirlo. Quizás no era exactamente la mitad física del libro, pero sí era el principio de la segunda parte. Desde aquel punto, la historia cambiaba completamente. Todo empezaba de cero. En la Oscuridad. El protagonista pronto se daría cuenta que en la palma de su mano una semilla empezaría a brillar y después, a brotar. Y allí, en esa semilla, volvería a empezar todo. Ella había cogido ese libro que tantas veces había leído. Era, quizás, un acto de desesperación, pero quería volver a leerlo. Desde ese punto exacto. No quería lo anterior. Quería lo que venía a partir de ahí. No le apetecía revivir la historia hasta que la Oscuridad lo invadía tod