la llave dorada
Llevo dos días con el armario de la cocina en el suelo. Sigue ahí, igual que la puertecita. Durante el sábado estuve intentando abrirla, pero, a pesar de los signos de envejecimiento y el óxido no conseguí más que romper un par de cuchillos y un destornillador. Como por la noche tenía la fiesta de los Elfos y tenía que preparar un montón de cosas, a media tarde me di por vencido y dejé de pensar en la puerta. Me tuvo obsesionado el resto del día. Mientras compraba los regalos, pensaba en ella, por la noche, durante la cena y fiesta de los Elfos no me la podía quitar de la cabeza… Ayer, domingo, día de descanso, me levanté tarde. Hacía un día espectacular, así que cogí mi desayuno y me senté a la sombra del Árbol de las Mil Naranjas, que justamente en esta época está lleno de flores que desprenden su maravillosa fragancia por todo el vecindario. Al rato me encontré divagando de nuevo sobre la puertecita de detrás del armario… Como no había manera de dejar de pensar en ella me tumbé al s...